La aplicación del ERE sobre RTRM y Onda
Regional de Murcia ha marcado, como temíamos, el comienzo de una imparable
cuesta abajo en el servicio público informativo de la Región de Murcia.
Los 19 despidos han causado una merma en la programación
de la radio, que durante los fines de semana sólo emite fútbol, repeticiones de
programas o selecciones musicales. Se ha perdido el boletín informativo de
medianoche, programas de producción propia (incluida la madrugada), y los que
quedan en antena se han quedado sin ayuda para la producción y la realización,
por no hablar del recorte en el departamento técnico, que hace imposible acudir
adonde se producen las noticias y tener presencia en la calle. No hay personal de producción, y apenas se atiende la página web.
La escasa
influencia de Murcia en las cuestiones nacionales queda aún más patente al
haber sido despedida también la redactora encargada de informar de tales
cuestiones. Lo que esta Región haga política, económica, culturalmente… etc en
la capital de país no existe para nosotros, porque no podemos contarlo más que
haciendo referencia a lo que faciliten –si los hay- los gabinetes de prensa.
Aún más: se suceden las incidencias técnicas que apenas
pueden atenderse, y en verano se “adapta” la programación al personal
disponible, sin tener en cuenta un mínimo de calidad y el respeto que merece la
audiencia, como oyente y como contribuyente. El mes de julio el primer contacto
informativo se ha retrasado a las seis y media de la mañana porque hay que
“cuadrar” los turnos como sea, y en agosto quedará una radio fantasma que, en
clave esperpéntica, programa para los fines de semana boletines informativos
hasta las siete de la tarde.
No hay empresa radiofónica, pública o privada, que cometa
tales desatinos. Nuestros directivos parecen ignorar todo lo que no sea elaborar
una estructura directiva, aplicar recortes salariales y calcular cómo colocar
los millones que permitan a empresas afines al partido político de turno
explotar el negocio televisivo. No se enteran de que no dependemos de una
empresa que supla, con programas en cadena, las carencias que pudieran suponer
las vacaciones estivales. En cambio, utilizando la endeble relación que supone
FORTA, estamos emitiendo programas ya difundidos, por ejemplo, en Aragón o
Andalucía (con sus respectivos acentos, comentarios y oyentes regionales) y con
ello intentan disimular la redifusión de nuestra programación, con una
intención que responde, no a la voluntad de cumplir la ley que nos obliga, sino
a rellenar de modo implacable hora tras hora.
A esta situación se une otra cuestión grave: el día 8 de
julio acaba la ultraactividad de nuestro Convenio Colectivo y, a pesar de la
insistencia del comité de empresa para establecer un acuerdo de prórroga y
marcar un calendario negociador para un nuevo convenio, la empresa ha dejado
pasar los días. Finalmente, en respuesta a la insistencia del comité, el
director general ha enviado una carta en la que pone sus condiciones, que
rebajan de antemano sustancialmente el actual Convenio Colectivo, y liga la
firma de esas condiciones a la ampliación de la ultraactividad hasta el 30 de
diciembre, con la salvedad de que, si a esa fecha no hay acuerdo, decaerá el
Convenio. Es un ultimátum que en absoluto guarda la buena fe que debe presidir
toda negociación.
Hay motivos más que suficientes para establecer medidas de
presión que apoyen las protestas emitidas por esta sección sindical y por el
comité, como representantes de los trabajadores. Os animamos a no rendiros, es
importante defender lo conseguido, gracias a una negociación intensa
y leal, en los últimos 23 años. Es importante defender nuestros derechos
laborales y los derechos de todos los ciudadanos de la Región a disponer de un
servicio público digno y de calidad.
¡SEGUIMOS LUCHANDO CONTRA EL ERE!
¡DEFENDAMOS
NUESTRO CONVENIO COLECTIVO!